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El trastorno de déficit de atención con hiperactividad, abreviado como TDAH, es un trastorno del desarrollo neurológico-conductual que ocurre en la infancia, pero afecta a lo largo de la vida. La patología tiene más de una docena de síntomas, pero puede definirse por los tres principales: déficit de atención, hiperactividad, hiperactividad motora o vocal.
Generalmente se presenta de tres formas, que enfatizan uno de estos tres síntomas.
La inteligencia emocional es una de las habilidades esenciales para afrontar muchos de los retos que encontraremos durante nuestras vidas; por esto resulta indispensable enseñarla desde una temprana edad. Pero, ¿Cómo se enseña la inteligencia emocional a un niño? ¡Aquí te daremos algunas recomendaciones!
Lo más importante es saber que la inteligencia emocional se desarrolla todos los días. Los niños que aprenden sobre inteligencia emocional sabrán cómo gestionar sus emociones y entender las emociones de los demás efectivamente, desarrollando empatía y la capacidad de entenderse mejor con otras personas.
Las tecnologías de la información y la comunicación son ampliamente utilizadas en la educación. Los medios técnicos de las TIC han formado nuevas direcciones en la educación, como el aprendizaje electrónico, el aprendizaje móvil, el aprendizaje en línea, el aprendizaje a distancia. Una de estas áreas, el aprendizaje a distancia, apareció sobre la base del aprendizaje a distancia y hoy se ha vuelto popular en la educación general. Debido a su comodidad y flexibilidad, elimina muchos de los problemas de los estudiantes: problemas de salud, problemas de residencia remota de las escuelas, etc.
Para garantizar la interacción efectiva de los estudiantes en el aprendizaje a distancia, se utiliza un conjunto completo de herramientas, que incluyen programas informáticos interactivos, Internet, correo electrónico, Skype, Facebook, videoteléfono, etc. Pero este conjunto de herramientas tecnológicas no se utiliza en su totalidad para una educación de calidad. En condiciones de aprendizaje a distancia sin comunicación presencial, se pierden conexiones sociales importantes, se pierde el contacto afectivo en el que suelen confiar los docentes en la enseñanza presencial. Para mejorar la calidad de la educación a distancia, es necesario desarrollar una nueva estrategia.
Probablemente todos hemos leído más de una teoría o hipótesis acerca de lo que puede garantizar el logro de objetivos (personales, organizacionales, de cualquier tipo). Pero, uno de los que generó mayor impacto fue el concepto de inteligencia emocional. Esta idea, como tal, apareció en 1960 en las obras de Michael Beldock. Pero se ha arraigado en la mente de las personas desde la publicación del libro de no ficción Inteligencia emocional: por qué importa más que el coeficiente intelectual, escrito por el periodista del New York Times, Daniel Goleman. El libro fue publicado a mediados de los años 90 del siglo pasado, pero sigue siendo uno de los más relevantes en el campo de la eficacia personal. Sobre esta base, se han escrito muchos otros trabajos, junto con los cuales se ha formado una ciencia voluminosa pero no oficial dedicada a la inteligencia emocional. Hablemos de lo más importante e interesante de este fenómeno.
Las clases online se han popularizado considerablemente en los últimos 2 años, en gran parte como consecuencia de la pandemia del COVID-19 que llevó a la mayoría de los países a empezar cuarentenas como método para detener el contagio de este virus.
Ante esta situación universidades, escuelas e institutos empezaron a adoptar la modalidad online como parte de su trabajo diario. Actualmente ya no es raro encontrar universidades que dictan titulaciones completamente en línea. Efectivamente: las clases online llegaron para quedarse.
