Educación e inteligencia emocional en niños

Educación e inteligencia emocional en niños

La inteligencia emocional es una de las habilidades esenciales para afrontar muchos de los retos que encontraremos durante nuestras vidas; por esto resulta indispensable enseñarla desde una temprana edad. Pero, ¿Cómo se enseña la inteligencia emocional a un niño? ¡Aquí te daremos algunas recomendaciones!

Lo más importante es saber que la inteligencia emocional se desarrolla todos los días. Los niños que aprenden sobre inteligencia emocional sabrán cómo gestionar sus emociones y entender las emociones de los demás efectivamente, desarrollando empatía y la capacidad de entenderse mejor con otras personas. 

Consejos para enseñar inteligencia emocional

  • Comunicación constante y continua: Cuando nos comunicamos con el niño desde una edad temprana este desarrolla correctamente sus habilidades comunicativas, lo cual le permitirá relacionarse con otros niños. También ayuda la lectura de cuentos infantiles, que normalmente contienen lecciones morales e historias donde los personajes demuestran explícitamente sus emociones; todo esto le ayudará a empezar a saber cómo se ven las emociones y cómo se presentan. 
  • Discutir los cuentos: pregúntele a su hijo por qué los personajes actuaron de la manera en la que actuaron; su opinión sobre quién tiene la razón si había un conflicto. Esto lo pondrá a reflexionar.
  • No obligue a los niños a ocultar sus sentimientos: frases como “eso no da miedo” o “no llores” invalida los sentimientos del niño, lo cual llevará a que evite expresarlos. Como consecuencia, se le dificultará gestionar sus emociones. 
  • No descarte los deseos del niño: en lugar de decir “no importa lo que quieras, tienes que hacerlo”, una frase como “entiendo que no quieras, pero a veces tenemos que hacer cosas que no queremos” enseña más sobre el balance entre las responsabilidades y los deseos propios. 

inteligencia emocional niños

  • Al hablar de una mala conducta, enfóquese en el acto y en las emociones que le causó: no realice comentarios que al final ataquen al niño, como decirle maleducado. Más bien, explique por qué actuó con una mala conducta y por qué esto genera molestia.
  • Interésese más a menudo en el estado emocional del niño: pregúntele cómo se siente después de clases; de esta manera le ayudará a comunicarse con más facilidad, y podrá guiarlo sobre lo que está bien y lo que está mal. 
  • Sea honesto: los niños son capaces de entender las imperfecciones del mundo. En lugar de protegerlo de todos los problemas, promueva una mentalidad positiva, enfocada en solucionarlos. 
  • Aplique juegos al aprendizaje: actividades como dibujar o jugar con marionetas, además de estimular la imaginación,  permiten que el niño empiece a explorar las emociones como una parte normal de la vida.

Siempre recuerde:
Es normal que el niño necesite desahogarse. Una buena alternativa se encuentra en las actividades al aire libre, que estimulan al cerebro y liberan tensión. 

Para evitar que emociones como la ira se acumulen, siempre resulta beneficioso equilibrarlas con alguna acción positiva. Por ejemplo, alimentar animales después de un evento desagradable ayudará a que el niño libere la tensión que siente.

Mientras se desarrolla la inteligencia emocional de un niño, debemos recordar que mantener condiciones dinámicas es esencial para lograr la enseñanza que queremos. Esto lo logramos combinando actividades, aumentando la complejidad de estas, y no olvidando las recompensas. 

Si quieres aprender más sobre inteligencia emocional, te recomendamos nuestro artículo ¿En qué consiste la inteligencia emocional?, donde exploramos a profundidad los aspectos beneficiosos de desarrollar estas habilidades.

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