🥇 MEDIO AMBIENTE HOSPITALARIO

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MEDIO AMBIENTE HOSPITALARIO

MEDIO AMBIENTE HOSPITALARIO

Un medio ambiente hospitalario describe la presencia de un entorno que no expone al paciente y al personal sanitario al riesgo de adquirir una nueva enfermedad.

Al ingresar en un hospital o clínica, estos institutos deben garantizar a los pacientes como obligación de resultados, que no deben estar expuestos a enfermedades contagiosas, traumas psicológicos, efectos secundarios adversos de medicamentos o tratamientos físicos o accidentes intrahospitalarios. Del mismo modo, la enfermera, el médico o, de hecho, cualquier empleado del hospital debe estar en un entorno organizado para evitar los efectos adversos de los factores laborales. Un entorno hospitalario seguro es, por tanto, un concepto colectivo que incluye la seguridad frente a las infecciones, así como las condiciones seguras de transporte de los pacientes, el régimen terapéutico y de seguridad, el alojamiento adecuado, los regímenes especiales de desplazamiento de los pacientes y la protección psicológica de pacientes y trabajadores hospitalarios.

Una de las principales tareas de los organizadores es garantizar la seguridad infecciosa, en particular para evitar la propagación de infecciones nosocomiales. Su prevención es de suma importancia para la formación de un entorno hospitalario seguro.

La infección adquirida en un hospital incluye cualquier enfermedad clínicamente identificable que se produce después de que un paciente ingrese o busque atención o entre el personal empleado o médico de la institución, independientemente de si los síntomas se producen durante la estancia en el hospital o después del alta.

Las enfermedades de transmisión hospitalaria tienen otras denominaciones: adquirida en el hospital, antes de la intervención y después de la intervención. La mayoría están asociadas a intervenciones quirúrgicas y estar relacionadas con infecciones sépticas, hepatitis virales, siendo la salmonelosis el más común de los casos.

Entre los factores que influyen en la aparición de estas enfermedades están:

  • Reducción de la resistencia del organismo;
  • La propagación de cepas de microorganismos resistentes a los antibióticos;
  • Aumento de la proporción de pacientes con piel debilitada,
  • Incumplimiento de las normas de bioseguridad hospitalarias; aumento de las manipulaciones invasivas (que dañan la integridad de tejidos corporales);
  • Sobrecarga de las instituciones de tratamiento y atención preventiva;
  • Obsolescencia de los equipos, etc.

Grupos de riesgo:

  • Los pacientes, visitantes y familiares que atienden a pacientes en unidades quirúrgicas, urológicas, de cuidados intensivos, etc., especialmente ancianos y niños, corren un alto riesgo de infección;
  • el personal médico, especialmente aquellos que utilizan instrumentos reutilizables contaminados con fluidos corporales y que requieren etapas de limpieza, incluida la esterilización previamente de las salas de atención.

Las fuentes más comunes de la infección hospitalaria son:

  • Manos del personal;
  • Intestinos, sistema urogenital, nasofaringe, piel, cabello, cavidad oral tanto del paciente como del personal;
  • Entorno: personal, polvo, agua, alimentos;
  • Instrumentación y equipos;
  • Medicamentos, etc.

Medidas de control y seguridad para prevenir las infecciones hospitalarias:

  • El hospital debe tener un conjunto de ropa de trabajo extraíble: batas, zapatillas, una muda de zapatos en número suficiente para garantizar un cambio diario de ropa sanitaria. Su almacenamiento debe realizarse en lockers individuales.
  • Los kits de ropa sanitaria deberán estar disponible para su sustitución urgente en caso de contaminación.
  • Las enfermeras deberán estar impecablemente limpias. El pelo completamente cubierto por un gorro. Los zapatos de repuesto deben ser de material grueso y de fácil desinfección.

Normas de uso de la ropa de protección

  • Batas, delantales - se utilizan para el cuidado, la prevención de la transmisión de la infección y deben ser cambiados después de cada procedimiento como el cambio de la ropa de cama o interior del paciente.
  • Los guantes -limpios y estériles- deben usarse cuando sea necesario manipular materiales y objetos contaminados con sangre u otros fluidos corporales.
  • Si se está en contacto con cualquier fluido corporal (sangre, fluido seminal o vaginal, mucosa nasal separada, etc. saliva, fluido lagrimal, así como orina, heces, líquido cefalorraquídeo, exudado, etc.) sustituir inmediatamente si la integridad de la piel se ha visto comprometida, tanto para el paciente como para el profesional sanitario.
  • Las mascarillas más comunes proporcionan una protección mínima contra los microorganismos transportados por el aire (aproximadamente un 20%). Se deben utilizan mascarillas de un material que garantice una buena filtración microbiana (tela no tejida), pero su efecto protector se perderá si la mascarilla no está bien ajustada a la cara.
  • Una mascarilla no debe llevarse de forma continua durante más de dos horas. Si la mascarilla se moja por el aire exhalado, debe cambiarse.
  • Los zapatos y las zapatillas médicas no protegen contra las infecciones.
  • Los protectores oculares y las gafas ajustadas protegen los ojos, la boca y la nariz, y evitan que la sangre y otros fluidos corporales entren en ellos.

Los responsables deben procurar mantener un ambiente hospitalario de protección y velar porque se practiquen las normas sanitarias de bioseguridad para cumplir cabalmente los objetivos de una gestión hospitalaria adecuada y cónsona.

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