La inteligencia artificial (IA) es una de las áreas de desarrollo tecnológico de más rápido crecimiento. Aún así, incluso los modelos de IA más sofisticados utilizan solo "inteligencia artificial de propósito limitado", el más básico de los tres tipos de IA. Los otros dos tipos siguen siendo objeto de especulación y actualmente no encuentran aplicación práctica. Sin embargo, dado el ritmo de crecimiento de la informática en los últimos 50 años, es difícil decir adónde nos llevará el desarrollo futuro de la IA.
La IA se divide en tres tipos: de propósito limitado, inteligencia artificial general, y súper inteligencia artificial. Pese a que solo se aplica, en este momento, un tipo de inteligencia artificial, fácilmente podemos delimitar cada una.
Inteligencia artificial de propósito limitado
ANI, también conocida como IA "débil", ya existe hoy. Aunque las tareas que puede realizar una IA débil se pueden realizar utilizando algoritmos y redes neuronales muy complejas, siguen siendo singulares y orientadas a objetivos. El reconocimiento facial, las búsquedas en la web y los automóviles autónomos son ejemplos de IA de propósito limitado. Se cataloga como débil, no porque le falte escala y potencia, sino porque todavía está lejos de tener los componentes humanos que atribuimos a la verdadera inteligencia.
Inteligencia Artificial General
La IA de propósito general (IA fuerte) debe poder realizar con éxito cualquier tarea intelectual que un ser humano pueda hacer. Al igual que los sistemas de IA de propósito limitado, los sistemas de propósito general pueden aprender de la experiencia, identificar y predecir patrones, pero tienen la capacidad de dar otro paso importante. Son capaces de extrapolar este conocimiento a una amplia gama de problemas y situaciones que no pueden resolverse con datos obtenidos previamente o algoritmos existentes.
Súper Inteligencia Artificial (ASI)
Los sistemas de este tipo son, teóricamente, totalmente conscientes de sí mismos. No solo imitan o entienden el comportamiento humano, sino que lo comprenden en un nivel fundamental.
Dotados de estos rasgos humanos, y aumentados con un poder computacional y analítico muy superior al nuestro, los sistemas de inteligencia artificial súper inteligentes están relegados solamente a la ciencia ficción, por el momento.
Pese a esto, sí vale la pena especular cuál sería el impacto de un sistema así en la vida humana. Vivimos en un momento de rápida expansión tecnológica; y aunque es difícil pensar que una inteligencia artificial de este tipo existirá durante nuestras vidas, quizás en varias generaciones veamos la primera de su clase.
Beneficios de la IA
Sostenibilidad organizacional.
Mucho antes de la llegada de las computadoras, las empresas reconocieron el valor de recopilar y comprender datos sobre su negocio, mercado y clientes. A medida que crecía el volumen y la complejidad de los conjuntos de datos, se hizo cada vez más difícil analizar los datos de manera precisa y oportuna.
Mejorar la calidad del servicio al cliente.
La IA permite a las empresas personalizar las ofertas de servicios e interactuar con los clientes en tiempo real. A medida que los consumidores se mueven a través del embudo de ventas moderno de "cliente potencial" a "conversión", generan conjuntos de datos complejos y heterogéneos. AI brinda a los sistemas comerciales la capacidad de aprovechar estos datos y mejorar el servicio al cliente y las interacciones.
Toma de decisiones segura.
Los líderes empresariales eficaces siempre se esfuerzan por tomar decisiones rápidas e informadas. Cuanto más importante es una solución, más probable es que se componga de muchos componentes complejos e interdependencias. La IA ayuda a complementar la sabiduría y la experiencia de las personas que utilizan análisis de datos avanzados y conocimientos prácticos que impulsan la toma de decisiones con confianza en tiempo real.
Si deseas aprender más sobre inteligencia artificial, te recomendamos leer nuestros artículos: ¿Qué es la inteligencia artificial? y ¿Qué es el Machine Learning?
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