Hoy en día vivimos una crisis de abastecimiento de chips, también llamados semiconductores, un componente esencial para muchos dispositivos que usamos diariamente como nuestros teléfonos, consolas de videojuegos, computadoras e incluso automóviles.
La crisis se remonta a principios del año 2020, cuando varios elementos se combinaron, causando un problema de abastecimiento de los componentes necesarios para producir chips. Entre eso, la pandemia del coronavirus. Pues durante el inicio de la pandemia, la demanda por teléfonos inteligentes, laptops y computadores de sobremesa aumentó debido a las cuarentenas y la popularización del teletrabajo como modalidad de empleo.
También se pueden nombrar la guerra comercial entre Estados Unidos y China, con restricciones a este mercado, y el aumento del precio del cobre, materia prima esencial para la producción de microchips.
Un reportaje producido por la DW explica que en el mundo hay 10 principales productores de semiconductores en el mundo, pues se trata de un mercado donde construir una fábrica puede costar hasta 15 mil millones de dólares. Actualmente los principales productores se encuentran entre Estados Unidos, Taiwán y Corea del Sur; países que, debido a las tensiones políticas con China, pueden conseguir mayores dificultades para obtener materias primas.
Entonces se trata de un mercado que, aunque esencial, se ve limitado por el contexto que no le permite aumentar significativamente la producción lo suficientemente como para aplacar una crisis que hemos vivido desde el 2020 y todavía sigue afectando el mercado tecnológico.
Richard Windsor, experto del área tecnológica, explicó a la BBC en el año 2021 que, aunque existiera la disposición, montar las fábricas y mejorar la productividad para suplir la demanda se trataría de un esfuerzo titánico. Windsor afirmó en esta entrevista que se necesitan entre 18 y 24 meses para abrir una planta de producción y ponerla en funcionamiento. Lo cual limita la capacidad de satisfacer las necesidades de producción que se encuentran en toda la industria tecnológica.
¿Cómo nos afecta esta crisis?
Principalmente podemos ver el aumento de precios de componentes, que, en consecuencia, aumentan los precios de productos como teléfonos, consolas de videojuegos, y computadores.
La crisis de los chips ha causado desabastecimiento en componentes como tarjetas gráficas, que han llevado a empresas como Sony a retrasar la venta de productos como su última consola, la Playstation 5. Conseguir una consola de videojuegos o una tarjeta gráfica de última generación se volvió toda una odisea.
Podríamos ver una conclusión a esta crisis
Foxcomm, industria multinacional que ensambla productos para empresas como Apple o Nintendo, anunció en febrero de este año que aumentó la producción de semiconductores, lo cual podría aliviar la crisis y solventar la escasez para mediados de este año 2022. Además, la empresa surcoreana TSMC, el mayor productor de semiconductores del mundo, aseguró que se mantendrán “un alto nivel de pedidos” de parte de los fabricantes para poder cumplir con la demanda del mercado.
Ciertamente, esta crisis ha dejado una marca en la industria tecnológica, con consecuencias que tardarán en verse solucionadas.
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