Si puede entrar a un supermercado y encontrar bananas costarricenses, café brasileño y una botella de vino sudafricano, está experimentando los impactos del comercio internacional.
El comercio internacional es la compra y venta de bienes y servicios por parte de empresas en diferentes países. Los bienes de consumo, las materias primas, los alimentos y la maquinaria se compran y venden en el mercado internacional.
El comercio internacional permite que los países amplíen sus mercados y accedan a bienes y servicios que de otro modo no estarían disponibles a nivel nacional. Como resultado del comercio internacional, el mercado es más competitivo. En última instancia, esto da como resultado precios más competitivos y trae un producto más barato al consumidor.
Comprender el comercio internacional
El comercio internacional fue clave para el surgimiento de la economía global. En la economía global, la oferta y la demanda, y por lo tanto los precios, impactan y son impactados por los eventos globales.
El cambio político en Asia, por ejemplo, podría resultar en un aumento en el costo de la mano de obra. Esto podría aumentar los costos de fabricación de una empresa estadounidense de zapatillas con sede en Malasia, lo que luego daría como resultado un aumento en el precio cobrado por un par de zapatillas que un consumidor estadounidense podría comprar en su centro comercial local.
Importaciones y exportaciones
Un producto que se vende en el mercado global se llama exportación, y un producto que se compra en el mercado global es una importación. Las importaciones y exportaciones se contabilizan en la sección de cuenta corriente de la balanza de pagos de un país.
El comercio global permite que los países ricos usen sus recursos, por ejemplo, mano de obra, tecnología o capital, de manera más eficiente. Los diferentes países están dotados de diferentes activos y recursos naturales: tierra, mano de obra, capital, tecnología, etc.
Esto permite que algunos países produzcan el mismo bien de manera más eficiente; es decir, más rápido ya menor costo. Por lo tanto, pueden venderlo más barato que otros países. Si un país no puede producir un artículo de manera eficiente, puede obtenerlo comerciando con otro país que sí pueda. Esto se conoce como especialización en comercio internacional.
Ventaja comparativa
Por ejemplo, Inglaterra y Portugal se han utilizado históricamente, desde La riqueza de las naciones de Adam Smith, para ilustrar cómo dos países pueden beneficiarse mutuamente al especializarse y comerciar de acuerdo con sus propias ventajas comparativas.
En tales ejemplos, se dice que Portugal tiene abundantes viñedos y puede producir vino a bajo costo, mientras que Inglaterra puede fabricar telas a un precio más económico dado que sus pastos están llenos de ovejas.
De acuerdo con la teoría de la ventaja comparativa, cada país eventualmente reconocería estos hechos y dejaría de intentar fabricar el producto que era más costoso de generar internamente a favor de participar en el comercio. De hecho, con el tiempo, Inglaterra probablemente dejaría de producir vino y Portugal dejaría de fabricar telas. Ambos países se darían cuenta de que les convenía redirigir sus esfuerzos para producir aquello en lo que eran relativamente mejores a nivel nacional y, en cambio, comerciar entre sí para adquirir al otro.
Estos dos países se dieron cuenta de que podían producir más si se concentraban en aquellos productos en los que tenían una ventaja comparativa. En tal caso, los portugueses comenzarían a producir solo vino y los ingleses solo algodón.
Cada país ahora puede crear una producción especializada de 20 unidades por año y comercializar proporciones iguales de ambos productos. Como tal, cada país ahora tiene acceso a ambos productos a costos más bajos. Podemos ver entonces que para ambos países, el costo de oportunidad de producir ambos productos es mayor que el costo de especializarse.
La ventaja comparativa puede contrastar con la ventaja absoluta. La ventaja absoluta conduce a ganancias inequívocas de la especialización y el comercio solo en los casos en que cada productor tiene una ventaja absoluta en la producción de algún bien.
Si un productor careciera de una ventaja absoluta, nunca exportaría nada. Pero sí vemos que los países sin ninguna ventaja absoluta clara sí se benefician del comercio porque tienen una ventaja comparativa.
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