En la discusión más amplia sobre educación, generalmente se entiende que competencia significa la combinación de conocimiento y habilidad para hacer frente a los requisitos de acción. Las personas competentes son aquellas que pueden regenerar la acción actualmente requerida sobre la base de conocimientos, habilidades y capacidades. En particular, el concepto de competencia enfatiza la capacidad para hacer frente a requisitos y situaciones que requieren una acción no rutinaria y la resolución de problemas.
El enfoque basado en competencias asume que el estudiante no absorbe conocimientos y habilidades por separado, sino que los domina como un conjunto. En este sentido, el sistema de métodos de enseñanza se define de manera diferente. La selección y diseño de los métodos de enseñanza se basa en la estructura de las competencias relevantes y las funciones que cumplen en la educación.
De la definición del enfoque por competencias surgen una serie de principios generales que rigen los objetivos educativos, la selección de los contenidos educativos, la organización del proceso educativo y la evaluación de los resultados educativos, que pueden formularse en la forma siguiente:
La importancia de la educación es desarrollar la capacidad de los estudiantes para resolver problemas de forma independiente en diversos campos y actividades, con base en el uso de experiencias sociales, que incluyen las propias experiencias de los estudiantes.
La organización del proceso educativo tiene como finalidad crear las condiciones para la formación de experiencias en los estudiantes con autonomía de decisión cognitiva, comunicativa, organizativa, moral y demás aspectos que integran el contenido de la educación.
Competencias vs. Conocimiento
En nuestro sistema escolar, el enfoque ha estado durante mucho tiempo en impartir conocimientos, especialmente en los grados superiores. A veces referido vagamente como "sustancia", este contenido claramente definido estructuró las lecciones y todo el año escolar. El aprendizaje se definió en función de los objetivos de tiempo, es decir, durante cuántas horas se debe tratar un determinado contenido en clase. Solo el tiempo solo no dice nada sobre si sus alumnos realmente han aprendido y cuánto. En resumen: el aprendizaje basado en el tiempo pone en primer plano el contenido, no a los estudiantes.
Aprendizaje basado en el tiempo y aprendizaje basado en competencias
Con el aprendizaje basado en competencias, por otro lado, el aprendizaje continúa hasta que todos los alumnos hayan adquirido las competencias relevantes y hasta que puedan reproducir y aplicar de forma independiente lo que han aprendido.
Para aclarar, aquí hay un ejemplo que muestra cómo se formulan de manera diferente los objetivos de aprendizaje en los dos modelos:
Aprendizaje basado en el tiempo: historia cronológica del colonialismo alemán durante la era imperial.
Aprendizaje basado en competencias: el estudiante puede describir el fenómeno del colonialismo alemán, nombrar las causas y mostrar las consecuencias sociales.
Puede ver que el objetivo de aprendizaje es mucho más amplio en el aprendizaje basado en competencias. Se basa en enlaces, conexiones e iniciativa personal en lugar de solo aprender hechos y cifras.
Aprendizaje autorregulado
Las competencias exigen un papel activo por parte del aprendiz, mientras que la adquisición de conocimientos también puede tener algo de pasivo, unilateral. El aprendizaje autorregulado asume que las habilidades generalmente se desarrollan mejor a través de la reflexión regular sobre el propio proceso de aprendizaje. El término técnico para esto es metacognición.
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